Dia 48. Año 6.
11:34 A.M
La sala de reuniones estaba a rebosar, llena de todos los
técnicos y oficiales de la estación, hablando unos con otros, que se
preguntaban las novedades, las razones de la reunión, o hacían acopio de los
rumores, o simplemente se chismorreaba sobre cualquier tema, tuviese algo que
ver con la reunión o no. Pero como siempre, todos, del primero al último,
callaron cuando el Comandante Kramen hizo acto de aparición por la puerta
trasera, exactamente a la hora fijada (aunque fuera, claro, cuatro minutos
después)y a partir de que se sentó, todos, como marionetas al son,. se sentaron
también. Y por supuesto, las puertas se bloquearon entonces. Kramen no
soportaba que nadie entrara (o saliera) una vez la reunión estuviera comenzada.
El ritual siguió: Kramen cuadro sus cosas, carraspeó un poco
para darse importancia, miró el reloj mecánicamente, se sirvió un buen vaso de
agua, lo apuro de un trago, se limpió con su pañuelo de seda y cruzando las
manos empezó a hablar:
- Comienza la reunión.
Y era entonces cuando reiteraba de forma inútil, pues nadie
hablaba ya:
- Silencio, por favor.
Por supuesto, nadie hablo ni pidió la palabra, eso era poco
menos que blasfemia para Kramen, y la blasfemia en esta base se castigaba con la lapidación. Este
seguía mientras con su cabeza gacha, como si meditase en algo
trascendentalmente importante; y así se quedó un minuto o menos. Transcurrido
ese tiempo, se irguió de nuevo, poco a poco, y cuando por fin la nariz hizo un
ángulo recto con los hombros, sus ojos recuperaron el fulgor, y a sus labios retorno la
seguridad.
- Como les supongo informados ya, ayer se dio un curioso...
- miró el techo de pronto, como si calculase o hiciese algún tipo de
malabarismo mental.- acontecimiento. Si, esa es la palabra:
acontecimiento. Ayer ocurrió,
probablemente, el mayor y más importante acontecimiento desde que estamos aquí.
y...
- ¿Un meteoro? ¿La caída de un meteorito en Marte es el
acontecimiento más importante? -pregunto sardónico Dideyei. Estaba claro que los
"radios” no tenían respeto por nadie ni por nada. Cada año, toda la
ponzoña se la llevaba él. Kramen se limitó a fulminarlo con la mirada antes de
seguir.
- Ese acontecimiento podría haber acabado con todos
nosotros. Creo que...
- Pero no lo hizo. -Dideyei tenía fama de infatigable (y de gilipollas). - Y
creo que hay otros asuntos que...
- Esa es la cuestión.- zanjó Kramen. Y por la mirada que le
echó al técnico, estaba claro que no soportaría otra intromisión.- Según los
números deberíamos haber muertos todos ayer, o cuanto menos, haber sufrido
graves daños en todas las infraestructuras. Y en cambio, aquí estamos todos,
vivitos y coleando y además enteros. Ni un solo rasguño en toda la base.
Todos quedaron blancos como estatuas, fijos en sus asientos.
Por un momento, nadie hablo, calibrando la trascendencia de
esas palabras, hasta que Stelio, en un alarde, reunió el suficiente valor como para desafiar la ira del titán.
- Perdone, comandante, pero creo que recordar, si no me
falla la memoria, que las posibilidades de sufrir algún tipo de daño eran del
5%. No creo, por tanto, que sea sorprendente que...
- Las cifras fueron convenientemente disfrazadas por mi
parte, por decirlo de manera suave, para que no se desatara el pánico. Las
verdaderas cifras distaban bastante de las que hice públicas.
Sentada a su derecha, Matild asintió.
- Entonces... ¿Cuál eran los daños esperables?- intervino
Dideyei.
- Digamos que... -leyó algo en su ordenador de lentilla-
mucho más... dramáticos.
El silencio se impuso otra vez, con total naturalidad, y
allí se quedó, como una pesada losa, hasta que de nuevo Stelio reunió otra vez
fuerzas para una nueva andanada. Al fin y al cabo era el Capitán: el máximo
responsable después de Kramen..
- Pero eso no tiene sentido. El proyectil cayó bastante
lejos de aquí, la masa era pequeña, y la velocidad, para ser un asteroide, no
era muy grande. No tenía porque...
- Lógicamente, en este caso también manipule los datos. Toda
precaución era poca, máxime tratándose de tipos tan agudos como ustedes.
Precaución que se demostró a la vez, inútil y necesaria. Ayer estaban
demasiados nervioso, sin duda, como para hacer cálculos, hoy, no sirven más que
para demostrar una falta de coherencia.
- Entonces... ¿cuáles son las verdaderas cifras?
Kramen capitulo. Estaba exhausto, y el debate no continuaba.
- Ya he contestado antes a esa pregunta. Pero por esta vez, voy a hacer una excepción- carraspeó- Veamos. El objeto tenia un diamtro aproximado de 850 metros; una densidad de mas o menos el hierro (esto es, unos 8000 kg por metro cubico), cai con un ángulo de 41 grados y a una velocidad de 32 km/s. Teniendo esto, el resto es sencillo: pura matematica. Simplificando: el tamaño del crater deberia ser de unos 12 km de largo por seiscientos treinta metros de profundo, o lo que viene a ser lo mismo, unos docientos metros por encima de la punta del Empire State.
El jefe, el amado jefe, aquella torre ciclópea de mármol, el
guardián infatigable, el severo jefe, todo aquello se acaba de derrumbar ante
sus ojos. No solo les habían mentido y engañado, no, también se había quedado
allí, tranquilamente, esperando su destrucción sin decir una sola palabra a nadie. Podían haber muerto todos en la más
absoluta ignorancia. Kramen había sufrido un golpe muy fuerte con todo aquello,
y el mismo lo sabía, pero no podía hacer otra cosa ya.
Pero era demasiado orgulloso como para dejarse vencer tan
fácilmente.
- La cuestión es sencilla. Según nuestros cálculos, había
una posibilidad alarmante de sufrir numerosos daños, sobre todo en el sector
norte, el más cercano al punto del impacto, que imaginamos que se hudiria en el crater. Los daños en el este, también
deberían haber sido reseñables, como consecuencia del terremoto. Como se pude apreciar en la imagen holográfica
central, todo parece estar perfectamente. Todo está intacto- remarcó- no hay el
más mínimo daño. Ni siquiera el terremoto (que según nuestros calculos, deberia ser de magnitud 8) ha superado nuestras defensas.
Metelio, el jefe de la sección Norte (y una de las personas
más interesadas, lógicamente, en todo este asunto) preguntó entonces:
- ¿Cuando hubo constancia de la llegada del meteoro?
- A mí se me informo seis minutos antes que al resto de la
tripulación- contesto Kramen con franqueza.
- ¿Y no hubo manera de actuar contra esa cosa? Tengo entendí que tenemos un buen dispositivo
contra este tipo de objetos...
- Tratándose de meteoros, la previsión es fundamental. Sí,
tenemos un sistema balístico para interceptarlos, pero el margen de tiempo era
excesivamente escaso. No había tiempo material para hacer bien los cálculos. Y
aunque lo hiciéramos, estaba ya tan cerca que corríamos el riesgos de que el
remedo fuera peor que la enfermedad al fractúralo en varios pedazos, y que en
vez que la onda aniquilase dos sectores una lluvia de metralla bombardease todo
el complejo.... muy poco conveniente. Espero haber resueltos sus dudas, porque
les necesito ahora !Matild!
La guapa rubia se levantó, apretó el botón de un mando,
y comenzó a caminar hacia el centro de la
mesa e hizo "click". El holograma del centro cambio hacia una imagen
que habían visto ayer. Una gigantesca roca parda, moviéndose a toda velocidad
sobre un espacio vacío, con una cuenta atrás que se veía en una esquina.
Tardaron un par de segundos en darse cuenta de que era el video el meteoro.
Kramen se inclinó hacia adelante y apoyo los codos en la
mesa, con los ojos fijos de emoción en el video. Quedaban treinta segundos de
video.
- El resto del video ha sido inspeccionado segundo a
segundo sin resultado. Sea lo que sea, o bien paso aquí, o bien no paso. Pero
los datos previos indican que algo ocurrió...Veamos.
La imagen mostraba el meteoro, a un velocidad visiblemente
más lenta que el video original. A los
veinte segundos entraba en la "atmosfera" marciana (una centesima parte de la terrestre), aunque reforzada
por la emisión del dióxido de carbono de estos años, el oxigeno vertido a la atmosfera y algún gas de desecho
más, lo que la hacia notablmente mas densa que la original. Una tenue fricción ilumino de
repente la roca, haciéndole brillar en un color azul eléctrico, que rápidamente
paso a rojo incandescente. Poco después, según pasaban los segundos se iban
arrancando pequeños pedazos, poco mas que rocalla. En el segundo catorce, un pedazo más grande
quedaba atrás, describía una parábola y desaparecía de la vista de la cámara.
En el segundo doce, el objeto daba un pequeño bote, y más rocas saltaban desde
atrás. En el segundo nueve, un nuevo bote y una estela de rocalla se
divorciaban de su estela. En el segundo siete una grieta era visible en el
centro de la estructura. En el segundo cuatro el suelo ya era visible. En el
segundo tres o dos y algo, la roca golpeaban y se veía una explosión que lo
llenaba todo. El resto eran líneas de estáticas.
- Bien, eso es todo- dijo Kramen- Yo mismo lo vi antes y no
aprecie ningún a irregularidad. Si quieren podemos volver a verlo cuantas veces
deseen, hasta aportar algo de luz al asunto. Quizás...
- Perdón, señor- le interrumpió una débil voz desde la
derecha.- Me gustaría volver a ver...
Kramen contuvo un bostezo y le echó una mirada aburrida. Era
un joven del ala científica, un muchacho con cara anodina y rostro despistado.
Kramen no sabía cómo se llamaba, ni siendo sinceros, le importaba lo más
mínimo:
- ¿Que parte quiero volver a ver?
- Segundos veinte en adelante, por favor.
Kramen asintió e hizo una seña a Matild.
El meteoro, delante de él, volvió a la vida de nuevo.
- Pare- dijo de nuevo.
El video se detuvo justo en el segundo catorce. En ese
preciso instante, un pequeño trozo de roca salir disparado hacia atrás, desde
el núcleo central, como una lasca de un trozo de sílex al que se hubiera
golpeado para sacar una astilla. Aquello ocurrió en medio de un fulgor algo
extraño, que hacia todo el proceso poco visible.
-
-Avance.
El meteoro continuo su marcha, el pequeño pedazo saló de
escena el segundo siguiente.
- -
Atrás.
El trozo volvió a unirse al cuerpo, y el conjunto volvió a
ascender.
-
-Avance de nuevo y deténgase justo en el segundo
catorce coma tres.
Matild obedeció puntualmente.
-
-Amplié, por favor.
Matild tecleó algo, y toda la pantalla quedo cubierta por
una cuadricula verde. Números en un eje, letras en otro.
-
-¿Qué coordenadas?
-
- H7. – era el sector donde surgía el pedazo.
Cuando se amplió, tenía una forma casi esférica, pero cuando más se amplió, mas
borroso se veía.
- -
¿Puede continuar el video mientras sigue al
objeto?
- -
Puede intervalo, cuanto menos- contestó Matild.-
Pero solo funcionara en el lapso de tiempo en que este permanezca en pantalla.
- -
Hágalo, por favor.
Se volvió a ver el meteoro, esta
vez, con un círculo color verde rodeando el pedazo, y una raya que unía este
con la parte superior de la imagen.
-
-¿Podría darme una cascada de datos de ese
objeto?
- -
Puedo cursar la orden. Lo que el ordenador nos
dé, ya es otra cuestión.- y de nuevo tecleo en
el monitor.
Una columna en la parte lateral
era visible, pero de aquel pedazo no se pudo sacar nada nuevo. Apenas se podía
ver como caía con una trayectoria circular.
-
-Vuelva a repetir la grabación. Coloque las
cifras en la parte lateral, ampliada y ralentizada, claro.
- -
Claro, como quiera.
Las cifras comenzaron a desfilar
con enorme lentitud, al ritmo parsimonioso de las imágenes. 37 859./36.859/
35.846/ 34.747.
-
-Dios- dijo el hombre con el rostro desencajado.
- -
¿Qué le pasa?- pregunto sorprendida Matild.
Kramen le observaba, las manos
trémulas de emoción, los ojos desorbitados de interese. Algo había captado de
todo aquello que le entusiasmaba.
- -
Esa cosa… sea lo que sea…. Se separó del
meteoro… y luego ha frenado su caída.
-
- ¿Qué ha qué?
Kramen había permanecido en
respetuoso silencio hasta ahora, pero en ese preciso instante, negando con su
cabeza, repetía como una letanía:
-
Dios mío…Tiene razón.
-
Está frenando…. Dios.
Un terror supersticioso invadió la sala.
Desde la esquina donde estaba
sentado, aquel hombre se levantó, recorrió la distancia que lo separaba de
Matild y le cogió el puntero laser. Apuntado al objeto, comenzó a decir:
-
Lo primero en lo que me fije fue que en ninguna
parte del resto del video se desprende nada tan remotamente grande. La fricción
no es lo suficientemente fuerte, la atmosfera no es lo suficientemente gruesa
como para ello. Y sin embargo, ese trozo salta de ahí. Salta de un forma
extraña, describiendo una parábola casi circular. Era singularmente extraño,
aunque sin más datos, no probaba nada de nada, desde luego. Pero luego me
pareció como si… - trago saliva. Estaba visiblemente excitado- bueno, cuando
tuve los datos no tuve dudas. Esa cosa frena. No sé lo que es, pero no hay
dudas. – hizo que corriera otra vez el video- Y si se fina detenidamente- dio
marcha atrás y luego hacia delante de nuevo- es cierto que frena. Olvídense del
meteoro y lo verán. ¿Ven? Eso frena- repitió.
- -
¿Y eso es imposible? No soy físico pero…
- -
Ley de Conservación de la Energía y la Materia.
Es física elemental. Ese trozo no puede haber frenado a no ser que haya otra
fuerza que lo compense- le cortó el otro.
-
-¿Quiere decir que eso es’
Kramen sentado tranquilamente,
asentía con los ojos cerrados.
- -
“Eso” es un objeto artificial, incrustado el
meteoro. Está claro como el gua.- termino y se sentó.
Abatido, Kramen se giró hacia el
hombre de los ojos saltones y le dijo:
- -
Es usted siquiera consciente de las
consecuencias de lo que esto acarrea?
Él se levantó de nuevo, como un
alumno contestando a un profesor, y dijo simplemente:
-
-Yo no digo nada. Los datos dicen esto. Yo solo
digo lo que dicen los datos. – por lo visto, era más hábil razonando que
hablando, eso estaba claro.
Quizás se esperaba una respuesta
tajante, o una afirmación, o incluso una burla. Pero no es esperaba algo tan
crudo e irrebatible. Dejo caer pesadamente la cabeza entre los brazos, hasta
que su frente se posó en la mesa.
- -
Perdón, señor. ¿Esta insinuando que esa cosa es
bueno… extraterrestre? ¿Qué “eso”, ese meteoro es el primer contacto?- preguntó
Steve, un biólogo del Ala Sur.
- -
Bueno, yo también lo soy ¿No?- bromeó Aarón desde el otro lado de la
mesa. La concurrencia estalló en carcajadas.
-
-¡Pregúntale si quiere un primer contacto, Aarón!
- -
¡Señores! ¡Señores! ¡Seriedad!- graznó Kramen
con un mal disimulado enfado. ¡Ya basta! La situación es muy grave…
-
-Debemos hablar con Júpiter. El Mando debe saber esto. Esto…
-
-¿El que debe saber? ¿Qué un pedazo de roca ha
saltado de un meteoro y ha frenado un poco? ¡Por favor! ¡Basta de chorradas!- Stelio tomo aire- Hace
falta más que un pedazo de roca para poder asegurar que hay marcianos hay
fuera. ¿No les parece? Una cosa tan nimia…
- -
¿A ti esto te parece nimia?- le interrumpió el
hombre de aspecto distraído.
- -
Seamos serios. ¿Qué es lo que tenemos para
asergurar algo’ Nada en absoluto. Si, bueno, una roca que salta de un meteoro y
frena. Si bueno ¿Y? Vamos a ver. Podria ser que los instrumentos estuvieran
mal.
-
-La roca frena visiblemente.- le recordó el otro.
-
Quizás sea un efecto visual. Quizás hay un fallo
en la imagen. ¿Estuviste tu hay, debajo para verlo? ¡Por favor! Para
afirmaciones extraordinarias se precisan pruebas extraordinarias ¿No?
La gente comenzó a asentir. Si; no
era descabellado, la historia de la exploracion espacil estaba llena de falsas alarmas.
-
-¿Es acaso poco frecuente que haya una mala
calibración de los datos o que las cámaras tengan algún fallo?
- -
Es algo muy común.- remachó alguien.
- -
Por supuesto.
- -
Claro, me parece que hay un poco de envidia
aquí. Hasta que esto freno, nadie dijo que la camara podría estar mal. Supongo
que se han revisado los archivos ¿No, es así, comandante Kramen?- le echó un cable Aaron.
- -
Bueno,
claro, la…
- -
La navaja de Ockham, amigo.- esgrimió Stelio.
- -
La Física Cuántica, querido. –replicó Aarón haciendole una reverencia por encima de la mesa.
-
- ¡Ya
basta! ¡Suficiente!- bramó Kramen como un león furioso. - ¡Niños, por Dios, son
iguales que niños! ¡Piensen! ¡Razonen! ¡Debatan! ¡Pero por favor, déjense usted
de tonterías!
Pero aún y con todo, no fue
suficiente. El odio ciego había dejado atrás el debate serio: ahora simplemente
la gente se insultaba y se lanzaban recriminaciones unos a otros, sin escuchar
a nada o nadie.
¡Kramen agarro una jarra de agua
y la estrello contra el suelo, único medio visible de recuperar el silencio!
- -
¡Bueno, está bien! ¡Se acabó! Váyanse a
calmarse a sus dormitorios y mañana los veré! Hasta entonces, procuren madurar
¡Afuera, afuera! ¡Afuera y Adiós! – aulló señalando la puerta.
Un grupo tras otros, poco a poco
fueron saliendo, cuando por fin el último abandono la sala, volvió el
silencio. Todos excepto Matild, claro
que aún seguía con él.
-
-Matild, no te marches aún. Necesito el expediente
completo del tipo que ha hablado primero, el que descubrió lo del meteorito.
¿Cómo se llama?
-
No lo sé, señor. Debe ser nuevo aquí haber
llegado hace poco. Pero si me da una hora, tendrá listo el informe…
-
-No, Matild, no una hora. Que esté listo para
mañana a primera hora. Quiero descansar. Todo esto…Ha ocurrido tan rápido. La
tensión ¿Comprende? Necesito descansar.
Matild asintió.
-
-En ese caso, no le molestaré más, señor. Yo…
- -
No. Aún no. Espera. Necesito otra cosa. Necesito
para la misma hora, otro informe, este con las personas que se consideren más
capacitadas, dentro del ámbito científico, para una misión muy delicada. ¿Vale?
- -
¿Quiere que yo haga la selección final o
simplemente, que le haga una relación?
- -
Una relación, simplemente. Yo hare la selección
final. Tu trame simplemente los
informes.
- -
¿En qué áreas, señor?
-
-Necesito una lista de todos los jefes de
sección. Otra con los científicos más sobresalientes de las siguientes áreas:
biología, física, química, medicina, matemática, medicina y psicología.
Especialmente quiero verlos del área de
física, el resto me importa menos. ¿Entiende?
- -
Sí, señor.
- -
Mañana a primera hora. No se le olvide.
Matild se marchó deprisa. Hoy se
acostaría tarde y mañana se levantaría temprano. Ser la secretaria del jefe a veces
no compensa.
Un minuto después, ya más
relajado, Kramen abandonó la sala.
La puerta se cerró detrás suyo.
Cinco segundos después, la luz se
apagó.