miércoles, 16 de mayo de 2012

Cometieron Dos Errores

Ya no tenemos mas que hablar.
El me quiere matar.
Yo lo quiero matar.
Quid pro quo, amigo Sancho.
Es hora de ver quíen tiene razón.
Nada de pobres contra ricos, o negros contra blancos.
Solo un chico en cada esquina con los bolsillos vacios  y  nada que perder.
Nada salvo la vida.
Pero en el mundo infernal del cúal venimos ¿Acaso podria ser de otra manera?
Ya hemos perdido el suficiente tiempo.
Es hora de matar.
O de que te maten.
El saca una katana.
Ahora, que los aceros hablen.
Con mi derecha saco mi espada.
Nada de trucos ahora.
Quiero matar a este hijo de puta de la forma mas sangrienta, cruel e inhumana posible.
El sonrie, por lo que esta de acuerdo.
Me incita a venir con un movimiento de su mano.
No tengas prisa por morir, pequeño.
Yo no la tengo por matarte.
Es hora de demostrartelo.
Enfrente de su cara sostengo la espada en horizontal a su cara puto gilipollas.
- Apunte y sostenga firme el arma: va a matar a un hombre.- se burla él.
Son sus últimas palabras.
O lo serian, si no fuera porque mi ira es aun mayor que las ganas de matarlo, y confundiendo las cosas, descargo un golpe tan brutal con la punta de la espada hacia su puta cara que hasta un niño de tres años lo veria venir.
Se echa a un lado, y con rapidez descarga un tajo de lado hacia mi estomago, pero me repongo rapìdo y lo detengo.
El acero chirria como un tigre loco, mientras nos ponemos cara contra cara, tratando de hacer mas fuerza que nuestro rival.
Puede que este muy jodido, pero aun asi tengo bastante mas fuerza que este jodido mamón. El unico problema es que él lo sabe.
Finge hacer toda la fuerza del mundo, para retirarse de pronto y hacerme la zancadilla con su pie adelantado.
Pero no me coge de sorpresa. Cuando se aparta, finjo que me tiro a fondo hacia adelante, pero en el ultimo momento abro el brazo izquierdo y lo tiro delante mio un segundo exacto antes de que le caiga encima a saco.
Sus pulmones sudan para sacar en tan poco tiempo tanto aire como tienen.
Antes de que pueda reaccionar me subo a caballo en su pecho y le clavo las rodillas en el biceps. Agarro la espada con ambos manos y pongo la la punta hacia abajo.
Es hora de degollar la res.
O quizas no, porque el hijo puta se estira bien con ambas patas y  me retuerce el cuello, tirandome hacia atras antes de que haga nada.
Yo ruedo hacia atras sobre la espalda, pero mientras el recoge de nuevo su espada, y antes de que me levante me tira un tajo a la desesperada. No me alcanza, pero me quedo asi, de cluquillas y desequilibriado por el impacto, lo justo para que el hijo de puta  me sacudo con la punta del pie en la barbilla. La hostia me pilla de sorpresa y no puedo evitar caer de nuevo. Mas sangre gotea de mi boca hacia la garganta, pero a estas alturas eso ya es lo de menos.
Queriendo acabar rapido, comete el mismo error que yo antes al agarrar la espada con ambas manos y caer a plomo sobre el suelo en vertical. Me abro a un lado, y aprovechando lo cerca que tengo su jugoso gemelo y la sed que tengo, asi como la falta de sangre, me tiro como un lobo y la meto un mordisco curioso.  Entre aullidos de maricon resentido con el sistema, es ahora el que cae, y ahora soy yo el que le engancho un hostia directa su puta cara. Con un chorreton de sangre su cabeza cae hacia atrás, y ahora le toca el turno a mi zurda que hace que su cara gire como un tornillo en la direccion opuesta.A esta distancia no puedo meter el brazo bien, pero si el codo, que rompe los dientes del benfeciado entre una nueva fiesta de sangre. Esto se acaba, chico. Pero en cuanto le voy a meter la siguiente cruzo la rodilla y me dejo alli los dientes, y cuando me estoy cagandome en su puta madre, la otra pierna hace un movimiento de tijera preciosdo y me revienta la cabeza como si fuera un balón.
Me levanto como un zombie, trantando de vber donde coño estoy, y entre temblores y espamos, recupero mi arma de nuevo.
A la deseperada, el se tira a un placaje con todo lo que tiene. Mi espalda golpea en un pared y nos frena,. pero sus manos se cierran sobre mi muñeca mientras sus piernas traban las mias.
Esto ya dura demasaido, y mi cuerpo no aguantara el tirón mucho mas. Mi estomago anuncia vomito inminente, mi corazon falla por momentos y todo me da vueltas entre oleadas de sudores frios y vertigos y debilidades repentinas.
Deseperado, le caigo con los dientes encima de la cabeza. Me parto la mitad, pero a juzgar por como grita, creo que acaba de merecer la pena.Le sacudo otra cabezazo, y antes d que pueda reacionar la meto la piernas entre las suyas, y le meto un directo con todo lo que mio breazo derecho pueda dar. Cuando el impacto le sacude hacia atras, mi pierna le bloquea y cae a plomo.
Por fin recupero mi arma.
Pero el sabe que se juega el todo por el todo y también lo hace.
Es mi moneto, debo aprovechar que aun esta confuso y mareado. Bueno, quitemos lo de mareado...
La katana silba un circulo, pero el tipo la detiene como puede.
-!Scott!- aulló.
Golpe de nuevo, mas fuerte, en el mismo sitio.
- !Scott!
Otra vez, aún mas fuerte.
-!Scott!
Esta vez el golpe es tan fuerte que le obliga a apoyar una rodilla para resistirlo.
- !SCOTT!
No se ni como lo hago ya, porque en mis brazos no debe quedar ni sangre, pero algo estalla en mis sienes y por un instante toda la adrenalina ac umulado se desata. El golpe que viene a continuación hace un curioso ruido al atravesar la barrera de sonido, y la espada al rojo vivo por la friccion hace saltar por los aires la suya.
Pedazos de metal caen por todas partes, y un trozo del largo de una mano sale despedido, golpea en una esquina y finalmente aterriza en el suelo, donde sigue girando un rato.
Mi espada ha quedado tambien  dañada, pero esta mas o menos entera.
El me mira asustado y con los ojos bien abiertos, apoyado sobre sus manos, y trata de moverse hacia atras como un cangrejo. Desgraciadamente para él, se topa con la pared.
Le acerco la punta de la espada a los ojos.
Me gustaria decir o hacer algo, pero ya no me quedan fuerzas ni para imaginar.
Le engancho por la cara con la zurda.
- Sonrie.
Su pupila se dilata, primero, y luego se dilata aun mas para dar cabida al ancho de la espada. Preimero se ve que tiene frio y le entran unos temblores, pero pronto se le pasa y se queda quietecito.
- Algunos hijos de puta se empeñan en patinar en hielo cuesta arriba.
Demasiado tarde... susurra alguién a mi espalda.
Me giro.
Pero que cojones...
Es Scott.
Con la cabeza atravesada.
Y esta de pie.
...
..
.

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