domingo, 16 de octubre de 2011

Zathura, una aventura espacial.

- ¡Pero cómo llegamos?
- En el centro exacto de la estación estará. Será fácil. Por aquí, por aquí- les dijo señalando una pared que estaba enfrente.
Pasaron entre los robots, que aun no se movían ni hacían nada (por lo menos, nada aparente) y alcanzaron una portezuela metálica reforzada. Fue un juego de niños hacerla saltar por los aires en un par de segundos. Daba a un amplio túnel que cruzaba en vertical hacia quien sabe dónde, pues el fondo parecía muy, muy lejano: un trozo algo que tiro Von no toco fondo y siguió cayendo, cayendo….
Von se subió a una plataforma de reparación de emergencia y les invito al resto a hacerlo.
- ¿Pero tiene energía?- preguntó Snake.
- La energía solo se utiliza para subir, no para bajar- río.
Ya antes de que pudieran contestar corto con u laser multifuncional el cable que sujetaba a la plataforma. La plataforma comenzó bajar por los rieles a una velocidad cada vez mas endemoniada mientras echaba chispas como un dragón enloquecida.
- ¡Ya-juu!- aulló Gauss- ¡Allá vamos!
- ¡Pero nos mataremos!- imploró Snake.
- No, tranquilo. Esta plataforma tiene frenos manuales de emergencia.- y como para demostrarlo tiró de una palanca un poco. La plataforma re freno su marcha por unos instantes entre sacudidas y bandazos; antes de volver a relanzarse a la carrera segundos después.
- ¿Y donde paramemos? ¿Y si hay un ascensor?
- No te preocupes. Eso que tire es una sonda electrónica. Me está mandando señales todavía, y no ha tocado nada. Justo cuando lleguemos a la altura del centro paramos nos bajamos y…
- ¡EH? ¿Qué coño es eso?
- ¿Eh?
- ¡No me jodas!- bramó Kronos.- ¡Matadlo, vamos!
Pero la orden sobraba. Una especie de serpiente o dragón metálico gigantesco descendía a toda velocidad, enrollándose en el tubo como una anaconda a en un árbol, en apenas unos segundos estaría justo encima y…
- ¡Fuego!
Todos los pulmones gritaron a una.
-¡Fuego!
Todas las armas respondieron a una.
- ¡Fuego!
Los disparos acribillaron a la sierpe con fiereza, pero esta continúo su descenso imperturbable, apenas perdió unos pequeños pedazos de su estructura, e insensible los ignoro y descendió aun a deprisa.
- ¡Kronos, aniquílala!
- ¡No puedo! ¡mis armas no responden! ¡Lo siento!
Lo siento sería la última fase que resonó en el aire, porque un segundo después la gigantesca sierpe abrió unas terribles fauces metálicas; y por un instante pudieron ver que no había dientes, ni lengua; sino un terrible apéndice metálico con una sierra laser acoplado; y lo vieron pero un segundo antes de asimilarlo la sierra se había movido de sus goznes y con la fuerza del puño de un gigante cortó por su mitad la plataforma… y solo la plataforma porque sus ocupantes habían saltado un segundo antes, y sin saber muy bien porque o que hacer, se sujetaron al terrible cuerpo para no caer al abismo, como parásitos alrededor del cuello de un toro.
La sierpe no debía haberlos visto ni sentido, porque imperturbable continúo su descenso, ahora a menos velocidad. Von y los demás comenzaron a trepar muy lentamente apoyándose en las pinchos para hielo (pero que en la práctica servían para todo, más o menos) y se sujetaron.
- ¡Quedaos quietos!- les dijo por la radio en baja frecuencia Von.- Si continua descendiendo nos llevara directamente a…
Pero de pronto como si le hubieran dado un terrible latigazo: la sierpe se detuvo, se encrespo con violencia y su cabeza comenzó a intentar girar para verlos.
- ¡Mierda! ¡La radio!- se lamentó Von.
Viendo por fin a sus ocupantes, la sierpe lanzo el flanco que ocupaban contra la pared del túnel, tratando de aplastarlo, pero por suerte estos habían tanto Snake como Kronos y Von había previsto la jugada y se había situado justo encima de…
¿Pero y Gauss?
Demasiado lento para cambiar de posición rápidamente, Gauss pataleaba inútilmente por apartarse antes que…
Demasiado lento.
Demasiado tarde.
Y el flanco que ocupaba se estrello con enorme violencia contra…
Pero Gauss había saltado una décima antes.
Cayo de pie sobre el siguiente anillo que formaba el cuerpo gargantuesco de aquel robot.
Y por un instante, la sierpe siguió apretando con fuerza, con saña, con el otro flanco contra la pared, aparentemente sin advertir que en realidad su enemigo ya no estaba allí; cuando de pronto giro sobre sí misma como una hélice y se retorció con espasmos violentos y brutales, mientras los pequeño insectos que llevaba encima se sujetaban como malamente podían y rezaban para que aquella montaña rusa se detuviese de un puta (literalmente) vez. Von encendió un laser de nuevo y metió el brazo hasta el codo en aquel terrible cuerpo; su ejemplo fue imitado por los otros, y así sobrevivieron al primer asalto; cuando de pronto la jodida sierpe de detuvo en seco; y cayó como una flecha a plomo.
- ¿Qué coño hace esta loca? ¡Quiere suicidarse y llevarnos a nosotros con ella!- chilló alguien por la radio.
- ¡No! Quiere que nos acojonemos para que saltemos.
- ¡Pues lo está consiguiendo!
- ¡Aguantar! –gritó Kronos- ¡Resistir! ¡No os mováis! ¡Ya veréis como en el último momento se detiene!
- ¿Y si no lo hace?
No hubo tiempo para contestar esa pregunta, porque enseguida vieron otra cosa: del infernal cuerpo brotaron por unas espitas, millares de pequeños bots, unidades de reparación a pequeña escala, y trepando y como jugando empezaron a deslizarse cuerpo arriba hasta empezar a llegar a Von y el resto. Solo Gauss, que estaba más atrás, estaba a salvo… por el momento.
- ¡Resistir! –vociferó Kronos de nuevo- ¡Resistir!
Pero aquellas palabras no servían de escudo, ni eran mucho consuelo para Von, que con el codo derecho metido a fondo en aquella estructura (y que no podía sacar si no quería matarse en el abismo) no podía hacer nada. Estaba indefenso como un bebe, y ese era un negro pensamiento, mas si un pequeño robot te empieza a subir por el hombro y camina seguro e si mismo hacia tu cráneo mientras la luz titilante de un laser de reparación rompe la monotonía que produce caer por un gigantesco abismo agarrado a un robot gigante con forma de serpiente mecánica.
- ¡Oh, me encanta mi trabajo! ¡Ves lugares lejanos, conoces gente interesante… y la destripas!- rugió. Y descargó su puño izquierdo sobre aquel diablillo de chapa, arrojándolo al vacío. Llevando su mano al muslo desenfundó su pistola de apoyo y comenzó a disparar sobre el resto. Derribó uno, dos, tres, pero el cuarto se le encaramo a la muñeca y antes de que pudiera evitarlo le salto al casco. Con un gesto de apartarse un insecto se lo quitó de encima, pero otro mas se le subió a la mano y empezó a apuntar el láser sobre el dorso de la mano; con un grito de dolor tuvo que soltar el arma, que se perdió en la espesura del vacío.
- ¡Eh, pequeño hijo de puta! ¡Esa arma vale el triple que tú!- Su puño se cobró cumplida venganza, pero debía o bien vengarse menos o sentirse menos agraviado, porque una tras otro una veintena larga de robots se le echo encima desde un ángulo y desde otro; y aunque forcejeo y pateo y se resistió todo lo que pudo, comenzaron lentamente a asfixiar sus movimientos, a torcer su impulsos; como insectos chupasangres se comenzaron a arracimar encima suyo, bloqueando sus brazos, apiñándose encima de su casco y taponando sus visores. En unos segundos empezaría el festival de láseres y estaría acabado. Grito por radio con todas las fuerzas que le quedaban:
- ¡Ayuda! ¡Ayuda!- pero no recibía respuesta. Los otros bastante problemas tendrían con lo que tenían ya, para pensar en el. Estaba muerto… cuando su armadura lanzo una descarga eléctrica que abatió a los invasores y ls arrojo a cientos al vacío.
Pero eso solo significaba una tregua de varios segundos hasta que volviesen a la carga. ¡Mierda! ¡Tenía que pensar en algo!
Estaba harto de luchar.
Estaba harto de pensar.
Está harto de buscar la manera de enfrentarse una y otra a vez a enemigo que volvían siempre en mayor número.
Estaba harto de todo.
Pero no se dejaría llevar.
No.
Era hora de matar.
Su revólver volvió a la mano.
Y cuando la negra marea volvió a la carga le recibió apropiadamente:
- ¡Yo os bautizo…! En el nombre del Padre!- e hizo fuego a bocajarro. A esta distancia la potencia hizo que no menos de una treintena de bots salieron directamente hechos chatarra.
Von apunto otra vez el arma, desafiante:
- ¡Aquí os esperamos los tres, hijos de puta! ¡Smith, Wesson y yo!- y volvió a abrir fuego. El disparo esta vez arranco un gran trozo de metal, y unas dos docenas de bots que estaban con ella se fueron al abismo. Von se rio, lo había hacho. No había más bots que pudiera ver delante de él, no había nada…
Pero Von había olvidado un factor importante.
Las batallas actuales se libran en un entorno tridimensional.
En trescientos sesenta grados, o en este caso puede que incluso más.
Y esa es una lección que hasta el organismo más simple, la maquina más simple puede entender perfectamente.
Von lo había olvidado, y ahora pagaría por ello.
Y el mismo lo comprendió cuando una marabunta de organismos metálicos se le encaramo a la espalda. Y entonces comprendió que habían girado por el otro lado de la sierpe, recorrido la diagonal y caído dese atrás.
Una maniobra perfecta.
Perfecta para ellos, claro.
Su brazo izquierdo intento girar, pero ni por asomo era lo suficiente para encarar a …
Con la rapidez de un relámpago azul, un pequeño monstruo se le encaramo encima del casco y encendió su laser justo entre sus ojos.
Von se pregunto cuanto aguantaría el visor.
Luego entendió que era una pregunta vana.
Lo sabría enseguida.
Por eso mismo no cerró los ojos.
Un escalofrió de emoción le recorrió el cuerpo.
El laser brillo con fuerza inusitada por un instante y súbitamente, despareció a la vez que su desgraciado poseedor se desvanecía en el foso.
Y de pronto el peso que le oprimía se fue desmoronando y uno a uno todas aquellas formas cedieron y cayeron también al olvido.
Y entonces comprendió que el escalofrió que bahía sentido no era de emoción, era eléctrico.
Y miro por encima del hombro y vio a Kronos sonreírle con satisfacción. Su mano izquierda aun humeaba dentro del cuerpo del enorme monstruo. Una descarga de bajo voltaje, y aquellos pequeños seres no la podían resistir… pero ellos, con sus armaduras de última generación, si.
Y de repente todo se precipitó.
Al ordenador de Von había llegado la señal de que la sonda había tocado suelo, a tan solo unos quinientos metros por debajo de ellos. En tan solo unos segundos, se…
Pero quizá eso tampoco importase, porque como sui hubiese sentido aquella perdida como propia, el dragón metálico se retorció sobre sí mismo y comenzó a convulsionar su poderoso cuerpo, con el obvio objetivo de tirarlos fuera de su estructura, y …
De pronto todo empezó a acabarse.
El dragón se retorció (una última vez) cuando Kronos desato su tremendo poder a bocajarro con los brazos hundidos hasta el codo; el cuerpo del gigante comenzó a hincharse al compás de la explosión que crecía en su interior…
Von apunto con su mano izquierda hacia la pared y disparo su gancho magnético de emergencias. Se enganchó, pero no podía soltar su brazo, los nervios se apoderaron de él, porque si no se soltaba sería el gancho el que lo haría para evita cortarle el brazo, y su ultima oportunidad… pero recobró la calma. Aprisionado entre aquella maraña de metal, por fin apoyo el cañón del arma en la piel del monstruo e hizo fuego. El retroceso le saco disparado hacia atrás; y se quedo colgado mientras aun caía.
El dragón por fin estalló violentamente y cayó en dupla simétrica y se estrelló contra el frio y uro suelo, haciéndose más pedazos aún; y así acabo todo para él.
Los demás habían activado sus ganchos magnéticos y se habían logrado salvarse, incluso Kronos estaba allí, ya llegando el suelo cuando poco a poco, pues el gancho n les había frenado en seco (lo que les habría matado, si no hasbia aprovechado la inercia para frenar poco a poco.
Von miro a su alrededor, un incrédulo, rodeado de los pedazos aun palpitante de aquella cosa.
- ¿Qué era eso?- preguntó a los demás.
- Un robot de mantenimiento. Como el hueco central tienen varios kilómetros, no se puede reparar por operarios, incluso para robots normales es demasiado largo para trasladarse de un sitio a otro. Esa cosa viaja constantemente por el vigilando y haciendo labores de reparación, etc.…- contestó Gauss.
- ¿Pero por qué cojones tiene esa forma?
- Oh, los imbéciles que los fabrican les dan esa forma por pasar el rato, por divertirse, por que...
Pero Von ya no le escuchaba. Y no escuchaba porque Kronos ya no escuchaba. Y Kronos no escuchaba porque sostenía a Snake en sus brazos. Y dirigiendo su poderosa testa al cielo, Gauss escuchó un mudo lamento, un canto de desesperación y luto y muerte, y entonces comprendió.
Y cayó y silencioso miro a Von. Y a través de su mirilla vio el cristal empañado por una recia lluvia.
- ¿Por qué lloras?
- El es Kronos. El no llorará. Yo lloro por el.- y se calló.
Gauss posó una mano encima del hombro de su jefe y miró el rostro silencioso, sereno y bello de la cazarrecompensas; y le dedico una última mirada antes de que Kronos bajara sus parpados y la posara respetuosamente en el suelo.
- ¿Qué hacemos ahora,..?
- No quiere hablar con nosotros ahora.- Le interrumpió Von.- Pobre del tipo con que quiera hablar ahora.


P.D Siento mucho (sobre todo por fadon) n haber ido el viernes pero llevo toda esta semana con un percal enrone con el tema de los guajes de futbol. Mañana lunes no podre ir porque tengo medico, pero si que voy el martes a las 11 como siempre donde siempre. Si no podeis o no vais, avisarme dejandome un comentario... o tony montana se enfadará!

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