domingo, 25 de septiembre de 2011

Cara a Cara

- ¿Hay más de esas cosas?- pregunto Snake. Limpio otro cristal y miro dentro.- ¡Sí! ¡Todos estos tubos están llenos de esas malditas bestias! ¡Esto está lleno de ellas! ¿Cuántas habrá, mil, dos mil…?
- ¿Y Doom? –insistió Von- ¿Dónde está? hace un rato estaba detrás mío, y ahora no lo veo.
- ¡Tienes razón!- confirmo Titán- Yo tampoco lo veo.
- ¿Crees que…?
- ¡Yo no creo nada! ¡Mi trabajo no es creer! ¡Mi trabajo!- se llevo la mano a la cabeza- ¡Espera! ¡Veo su señal! ¡Se aleja rápidamente… ¡Por aquí! ¡Vamos!

Como un rayo, los cuatros se pusieron en marcha. Todos veían en sus casco la señal de Doom alejándose, hacia al sur, de donde provenían, a gran velocidad, pero nada más extraño, y sus constantes vitales, si es que no les engañaban, estaban perfectamente, pero no alcanzaron a verlo, y no respondió por radio por mas que les preguntaron.
De pronto la señal, se detuvo, torció a la derecha un trecho mas; se detuvo de pronto y se quedo allí, pero la punta del triangulo se situó en contrario a ellos, indicando que subía con respecto a sus compañeros.
Ellos llegaron unos segundos después y comprendieron. Había un segundo nivel, que se elevaba justo en el centro de toda la sala, un gran octógono de metal y cristal, repleto de computadoras en su cúspide. Una pequeña escalera permitía ascender. Doom estaba quieto arriba. Quizá fuera una trampa (si era así era muy obvia) pero no quedaba otra solución. El resto se pondría en formación y cubriría a Von tan bien como pudiese.
Von llego a la altura de la misma cuando de pronto sus ojos se toparon con una mina de proximidad en la misma. Freno en seco, pero ya era tare, la explosión arrojo cientos d pedazo de metralla radiactiva, alcanzándole, aunque su armadura había reaccionado antes y los propulsores le había empujado hacia atrás con suficiente antelación como para evitar lo peor. Von, rodo de espaldas y trato de incorporarse cuando de repente…
Una voz rompió el hasta entonces impenetrable silencio exterior, pues no les hablaba por radio, como hasta entonces, sino desde el canal exterior, y además era la voz, o imitaba la voz de Doom.
- ¡Buenas noches! ¡Welcome to Hell! Oh, pero quien es esta distinguida concurrencia…! ¿Es posible que sean acaso… ¿ He dicho… ¿Es posible que sean? ¿Es posible que sean el todopoderoso Von, el grandioso Titán y los de sus esbirros lameculos?- en ese preciso instante, una cara endemoniadamente sonriente aprecio n lo alto de la estructura, apoyándose en la barandilla como con desdén, como si fuera un niño jugando.
- ¡Doom! ¿Qué coño estás haciendo? ¿Te has vuelto loco?- chilló Titán
- ¡Vaya, vaya, pero si aquí tenemos al hombre-sin-rostro! ¡al de n me digas que-es-el.-miedo! ¡Al de los truquitos con la macara de hierro! ¡Al infalible Titán! ¡Qué te pasa viejo? ¿Disfrutando de la noche’
- Déjame decirte una cosa, gilipollas- le escupió Von- Nadie me dispara y sobrevive para contarlo luego- enderezó el arma. ¡A mi orden volamos a ese hijo de puta!
- ¡Cálmate, vaquero!- dijo encaramándose a la barandilla- Este tanque que tengo bajo los pies tiene más de tres mil litros de helio liquido. Si rompéis el cristal con un solo disparo de más, lo vais a pasar bien. Así que no recomiendo que Gauss abra fuego, o Titán. Sería demasiado violento ¿Sabes? Y Snake está demasiado cerca como para disparar bien con ese rifle de precisión tan molón suyo. ¡Esto es entre tú y yo, hijo de puta!- y sin decir nada mas abrió fuego contra Von.
Pero Von ya había adivinado sus intenciones, y se había hecho a un lado. Su disparo dio en el suelo vació; Von alzo su arma; su disparo dio en el suelo vació pero el de Von…
El de Von no dio en ninguna parte porque directamente, no disparo.
Apenas tuvo el blanco fijado, una descarga eléctrica recorrió su cuerpo, enrollándose alrededor como una mortífera constrictor, sacudiéndole todos los músculos, aflojando los nervios, tirándolo al suelo como un títere con las cuerdas rotas, desmadejado.
- ¡Vaya, vaya, pero eso no era Von, el que era único, el tipo más listo del mundo, el Increíble, el Majestuoso, el de la Lógica genial, Von el Rey de los Cazarrecompensas, el Sabueso Máximo, el perro de Caza! ¿Dónde han quedado tus chistes fáciles, tu verborrea, tu cháchara ingeniosa, tu labia, tu genio efervescente, tui lógica irrefutable y tus ademanes de chulo de putas de lujo! – dijo haciéndole un gran y teatral reverencia.
- Si la lógica... cof, cof… Se puede refutar… no es lógica... cof, cof… ¿Qué cojones me has hecho?- un grito punzante rompió desde su garganta, de nuevo. El resto lo miraba desconcertada, si saber muy bien qué hacer.
- ¿Yo? Nada. Tú te los ha hecho.- le miro desafiante y abrió las manos como para dar un gran discurso. – Te volviste viejo. Te volviste descuidado. - Elevo la frente al cielo, al compás de su mano derecha. Otro grito rasgó el aire.- ¿Te acuerdas cuando te pose la mano en el hombro, justo cuando entramos aquí?
Von se llevó la mano maquinalmente al hombro, pero otra descarga, aun mas fuerte que todas las anteriores, hizo brotar de su cuerpo el olor nauseabundo a carne quemada.
- Tiene un mecanismo muy ingenioso.-dijo señalando con el índice- Puedo activarlo con un simple orden desde mi computador central, o lo activa el mismo si me amenazas de alguna forma. Y tiene un regulador que tiene en cuenta la distancia con respecto a mí y tus intenciones con respeto al propio aparato. Te aseguro que tiene un elevado concepto de su propia supervivencia.
- ¡Estas loco Doom! ¡Da igual lo que le hagas a Von! ¡Nosotros acabemos contigo! ¡No tienes ninguna…!
Pero Doom no le escuchaba. Simplemente, se limitaba a contar los dedos de sus manos, de forma muy cómica.
- Sois uno, dos, tres… cuatro con Von… Genial, ¿Eh? Pero dime Titán… cuantas manos se precisan para contar…- miro hacia arriba como si recordar o pensara- ¿tres mil o cuatro mil…?
Su mano derecha bajo con fuerza una palanca mientras reía con fuerza.
- ¡Observar bien, observa con los ojos bien abiertos, y dime quien amenaza a quien!
- ¡Nos necesitas para salir de aquí… solo … unidos…- barboteo Von.
- ¿Unidos? ¡Qué risa!- de pronto miles de luces se encendieron. Toda la sala se encendió con un siniestro resplandor azulado.- Ya no os necesito para nada! Tengo un ejército para salir de aquí contra el mundo, si hace falta.
- ¡No te servirá de nada!- contestó Von, de nuevo con fuerza- Eso se cargo a mas de...
- ¡Calla! Ya no estás en posición de amenazarme. De hecho ya no estás en posición de hacer nada.…
Pero no termino la frase. Ciento de sombras, de asquerosas criaturas brotaron de la oscuridad y se fundieron en ella, y se acercaron, estrechando progresivamente el cerco, en completo silencio, en perfecto orden, y sin rastro de duda.
- ¡Formación de combate! –rugió Titán. Von aun estaba en el suelo, luchando por incorporarse, o por siquiera saber donde estaba.- ¡A mi señal, fuego!
Doom se reía como un loco, anticipándose a la matanza.
- Ah, los insectos sociales son tan fascinantes! Las abejas se enfrentarán a Avispas invasoras, sabiendo que les mataran como a corderos y que solo al final de puro numero harán caer a sus adversarios! ¡Las termitas de lanzaran contra cualquier cosa, por grande que sea, que amenace su hormiguero! ¡Mientras unos se lanzan a la muerte, otros aprovechan para repararlo! Está todo estudiado. Prima el beneficio superior sobre el instinto de supervivencia. Y vosotros solo sois cuatro- chasqueo la lengua y paladeó la palabra- Solo cuatro. Es una lástima. Solo cuatro- repitió como ausente- Es una lástima, porque sois más valientes, más inteligentes, más diestros en el combate. Pero solo sois cuatro. Y al final, solo el número importa. ¡Adiós!- se retiro de la barandilla. Un sonido mecánico indicaba que un ascensor bajaba- Este ascensor todavía funcionaba… ¿Sabéis? Quizá eso no haya llegado hasta aquí, después de todo… pero no importa mucho, porque cuando este fuera, lo volare, todo. ¡Adiós!- se oyó desde lejos, desde las alturas. -¡Adiós!
En un circulo de cincuenta metros- o hasta donde alcanzaba la vista, como se prefiera- solo había mandíbulas chasqueando, ojos malignos y rojizos y músculos crepitando y sombras agitándose. Iba a ser una matanza.
Von estaba aún en el suelo. Alzo los ojos, y por un instante, parecía que rezaba.
- ¡Es hora de matar!- grito Titán.
Mil graznidos le desafiaron.

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