viernes, 29 de julio de 2011

Alien VS Depredador

Era una señal de energía eléctrica, procedente del otro extremo de la sala. Mierda, mierda… corrió hacia atrás, se cubrió con unas cajas y apunto el arma hacia donde le indicaba el sensor. Su ordenador recogía datos y más datos y ofrecía lecturas al instante, así como cálculos probabilísticos, pero nada de eso le valdría, pensó. Mierda, mierda…Se acercaban, rápido. Su arma giraba en ángulo sobre la cajas… ¿Qué?
De pronto la señal desapareció de sus pantallas. Sorpresa. El hijo de puta se había dado cuenta de que lo estaban observando y había activado sus sistemas de camuflaje. Cojonudo, tenían sistemas avanzados de camuflaje. Para engañar u ocultarse a sus sensores se necesitaba tecnología punta, el solo compraba lo mejor cuando se trataba de trabajo.
Pro de todas maneras, se había descubierto al principio, había perdido la sorpresa. Y además, el tampoco sabía dónde estaba Von. Ahora el desconocimiento seria mutuo. Ahora primaba la habilidad, la inteligencia. En eso, ganaba el sobre la maquina, estaba seguro.
Con agilidad y en completo silencio, se traslado a una nueva zona de cobertura. Comenzó a juguetear con los distintos tipos de visión, haber si captaba algún tipo de…Humpf… Un ligerísimo ruido de roce metálico en una esquina… Ya te tengo, hijo de puta…Avanzaba lentamente… otro ligerísimo eco…Pero para sus sensores, como un gigantesco alud…. Disco un nuevo tipo de munición en su fusil…Algo especial, su señal de bienvenida marca de la casa. .. Proyectil explosivo de punta de Californio… je, je… varias toneladas de TNT puro de potencia concentradas en un solo disparo, rezan los eslóganes publicitarios… Te vas a enterar… ¿Eh?
Le estaban apuntando. Joder, joder…
¡JODER!
Algo a alguien lo estaban apuntando…
Invertir en tecnología es vida, pensó.
Su ordenador central lo había vuelto a salvar.
Automáticamente el ordenador había encendido los rotores de emergencia izquierdos, moviéndolo hacia su derecho, justo una decima antes que un disparo le atravesase el cráneo.
¿Armas? ¿Pero qué? Los robots no pueden usar armas. Lo tiene prohibido en sus códigos de conducta…
No es tiempo para pensar. Es tiempo para matar.
Su arma vomito fuego desde donde le habían disparado, pero daba igual.
Ya no estaba allí el peligro.
El calor del arma aun no se había apagado y ahora podía seguirle el rastro. Estaba encima de una plataforma adosada a la pared. Un buen sitio para disparar, pero también un buen sitio para ser disparado... apunto la columna que la sostenía… un segundo después la plataforma se venía abajo con estrepito. Piezas y piezas volaron y se desparramaron por la habitación. Von busco ávidamente a su presa en la oscura maraña de metal. Su camuflaje debía de sr excelente, ni siquiera a esta distancia, ni siquiera con los roces y la caída, el enemigo revelaba su posición. Una pequeña explosión con munición de trazas lo descubrió. En el cono formado por los escombros, una armadura de combate totalmente negra despuntó. ¿Quién cojones era?
¿El guarda…?
Pero apenas su arma ya le apuntaba, fuego de cobertura cruzo la sala e impacto a poca distancia de donde se encontraba. ¡Mierda! ¡Se había olvidado de los otros!
Von proyecto un holograma de si mismo corriendo y se hizo a un lado. Sea lo que fuese lo que había al otro lado, cayó en la trampa. Varios Disparos atravesaron el holograma y se restallaron contra la pared. Perfecto. Las cadenas se rompen por los eslabones más débiles. Y el eslabón mas débil acaba de salir de una montaña de escombros como un pato mareado, ofreciendo un blanco perfecto a tan solo unos metros. Pero él no se la iba a jugar, ni a darle la mas mínima oportunidad. Su mano dibujo un precio arco de estilo neogótico y algo metálico brillo en el aire. Se tiro al suelo. Una explosión creó una erupción de chatarra y vomito metal a varios metros a la redonda.
Pero la victoria no estaba completa aún. De repente, otra explosión de sentido inverso le destrozó su precario refugio y le mando de espaldas contra la pared. El golpe fue tremendo, toda la estructura retumbo y no acertaba a distinguir nada, pero los sistemas habían gunatado bien. Todo estaba en verde. Su ordenador descargo una dosis de morfina para impedir que sintiera dolor, para acto seguido bombear adrenalina directamente l corazón y sacarlo de su letargo.
Despierto de nuevo, les vio venir. Tres sombras mas se movían rápidamente en sus pantallas,. Tenían camuflaje parcial y le apuntaban o trataban de hacerlo. Tres contra uno, y el sin cobertura… Estaba jodido, muy jodido. Su fusil envió una granada rompedora por delante, y mientras las sombras se alejaban, sus disparos precisos abatieron a uno alcanzó a uno en la espalda, un enorme éxito porque estaba corriendo hacia otra cobertura.
Por un instante giro la cabeza.
Por un instante se supo muerto.
El laser atravesó con precisión de cirujano su armadura, su piel, su carne, sus costillas, su pulmón derecho, su alma, sus costillas, su carne, su piel, su armadura.
Con un grito de dolor, trastabilló, freno su carrera y tropezó de nuevo.
Alzó su cabeza.
Su cuello se estiro hacia adelante.
Y su grito se transformo en un horrible barboteo cuando vomito un cuarto de litro de sangre.
Cayó en postura fetal sobre el suelo.
Y no vio más.

lunes, 25 de julio de 2011

Timecop

Su primer movimiento seria buscar el cadáver del guarda. Ello le proporcionaría pistas para desvelar mas partes del misterio, si aprecia, pero Von no confiaba mucho en encontrarlo. Si el enemigo era inteligente lo habrá hecho desaparecer. Puede que sin llegar a ser inteligente, lo hubiera hecho desaparecer. Pero por lo menos podría usarse para descartar algún peligro, como por ejemplo una bacteria asesina, un virus o un gas. Además, por algo se empieza, pensó.
Pero de todas formas, poco importo sus pensamientos. El cadáver no apareció por ningún sitio, a pesar de un inspección cuidadosa del lugar, incluida una revisión de los lugares adyacentes. Nada por ningún sitio (ni sangre, ni rastros de disparos, ni de chatarra, ¡Nada!), y tampoco ni la mas mínima señal de violencia. Pero aquí forzosamente había habido un muerto. Quizá el resto de la tripulación hubiera huido a otro sitio o lo que fuera, pero ¿El Guarda?
Fuera lo que fuera aquello, hizo que un soldado experimentado se hincase de rodillas y suplicase por su vida. ¡Qué demonios lo aterro de tal manera? Por las municiones que había acumuladas en su nave, no eran precisamente medios de defensa d lo que carecía. Y lo había matado en un instante. La ultima transcripción de su diario coincidía casi prácticamente con la hora señalada de su muerte según el informe de su propia armadura. Sus más negras sospechas iban cobrando forma en su cabeza.
Pero no todo estaba perdido. Encendió su escáner de rastro térmico. Y ante su horrible terror, aparecieron docenas de huellas, cientos de ellas, apiñadas unas contra otras, entrecruzándose, fluyendo hacia y desde todas las direcciones, justo alrededor del lugar donde e suponía había muerto el guardia. El tamaño y la forma no dejaban lugar a las dudas, pero por si acaso aplico un análisis electromagnético. Bingo. Todos los datos en el ordenador encajaban la perfección. Ahora todas las piezas estaban sobre la mesa, a la vista. Robots. Docenas de ellos habían recogido el cuerpo y lo había arrastrado hacia una puerta lateral. La huella dejada por la armadura era visible como una nova en la quietud del espacio. Las armaduras espaciales dejan un rastro muy difícil de borrar sin las herramientas adecuadas y bien visibles para encontrar a su dueño o facilitar las investigaciones. Una ventaja muy útil.
Pero más allá de la puerta desaparecían las huellas repentinamente. Ni un solo rastro se extendía por esa habitación. Apenas se abría la puerta, nada. Nada de nada. Bueno, tampoco era nada del otro mundo. Simplemente podrían haber metido al cadáver en un vehículo. La habitación donde murió no era fácil de recorrer en vehículo. Pero lo curioso del caso, es que un poco mas allá, encontró el vehículo del guarda. Estaba intacto. Sin energía de ningún tipo, pero completamente intacto. Y no tenia huellas alrededor. Von alzó el vehículo con una mano sobre su cabeza y lo examino a conciencia con su escáner. Imposible. Nada. Nada, pero sin energía. Vacio.
Necesitaba pensar. El chip de su cerebro estimulo con impulsos eléctricos para que comenzase a estuchar de nuevo Death Methal. Su arma se balanceaba ostensiblemente de un lado a otro, para que los enemigos, si los había, se lo pensaran dos veces, aunque visto lo visto, de poco parecía servir. Adems, aunque parecía una locura escuchar muisca en un posible campo de batalla rodeado por formas hostiles, en realidad el ordenador central de wsus casco se daría cuenta, con sus miles de ecolocalizadores, radares, sensores infrarrojos, iónicos, sísmicos, de radio frecuencia, visuales, auditivos, mucho antes que él pudiera verlos, muchos menos tener conciencia de ellos.
De todas formas, su mente nadaba en círculos. Nada de lo que había ocurrido tenía sentido. El más mínimo. Se encogió de hombros, al darse cuenta de lo ridículo de la situación.
- Yo no he vendió aquí a resolver misterios. He vendido para enriquecerme, y es lo que voy a hacer. Dirijámonos a los hangares, haber lo que puedo saquear.
Volvió sobre sus pasos.
Entro en la habitación donde había muerto el guardia.
Cruzo la sala rápidamente.
Pro cuando la puerta del otro extremo se abría, algo le dejo helado.
Su localizador había dicho “Bip”.
“Bip”
Se acercaba rápidamente.
“Bip”
Eran varios.
“Bip”

“Bip”
Oh, no, no, no, no.
No.
“Bip”

jueves, 21 de julio de 2011

Soy Leyenda

Con la ligereza de una libélula, la nave se poso con elegancia justo en el andén adyacente al último visitante de la estación. Su primer paso fue inspeccionar esa nave. En virtud de prestar derecho de socorro, para ayudar a su dueño; para buscar pistas con las que ayudar a su dueño o hallar así el modo de ayudar, el derecho espacial da permiso para inspeccionar una nave, si este se lleva a cabo según los cánones establecidos, y también quedarse con los objetos que puedan servir para ayudar al dueño o encontrarlo. En caso de estar el dueño vivo, s le deberá restituir. Si el dueño resultase estar muerto, podrá quedarse con todo aquello que no pertenezca a sus herederos o no se les puede entregar en el plazo de un mes estándar, a modo de compensación por los sacrificios. Un ligero borrado de datos, bastaría para hacer que el artículo en concreto le beneficiase. Y a Von, si la ley le favorecía, le gustaba obedecer a la ley.
Forzar la escotilla principal fue un juego de niños para un tipo con su experiencia. El saqueo fue rápido y provechoso. Al fin y al cabo, todo ello podría tener utilidad para “hallar a su dueño o ayudarlo”. Armas, municiones, armaduras, instrumentos, equipos de apoyo, pieza de recambio, etc. Los objetos personales fueron reunidos y quemados. Al fin y al cabo no tenían ningún valor (y los que lo tenían, fueron sustraídos) y el no los iba a utilizar. Una vez hecho esto, miro el diario de a Bordo de la Nave y lo comparo con el que ya tenía para observar discrepancias. Alguien podría haberlo modificado, o se podía haber perdido cadenas de información. Lo leyó dos veces. Luego reviso las bases de datos. Irónicamente, durante el trayecto la información adicional pedida a la base había sido enviada, por lo que tenía a su disposición mapas exactos de la Estación. Se sonrió. Empezaba con buen pie.
La estación consistía en una serie de anillos que circuncidaban un cilindro central, unos a otros y entre por una complicada telaraña de pasillos. Había una dársena central justo en el sur del cilindro central. Las estaciones que bombeaban la energía estaban en el lado opuesto. El anillo superior a la dársena actuaba de controlador espacial y torre de mando. En anillo inferior hacia de controlador y torre para las naves que venían de la colonia. Dos anillos mas servían de residencia para el personal estable (una a cada lado). Otro más para el personal interino (fundamentalmente pilotos y tripulación de las naves).
El anillo giraba sobre sí mismo para generar una sensación artificial de gravedad. En el cilindro central se guardaba la reserva de antimateria que servía para mover la estación (si era necesario, no había ningún movimiento registrado n tres años) y para los sistemas de defensa. Von no pudo evitar pensar en lo irónico de la situación. Los sistemas no habían sido utilizados nunca, y la única vez que tenían que hacerlo no había servido para nada. Mierda de vida.
Von descarto enviar la noticia de su muerte. Primero, porque la nave del guarda era valiosa, La quería para sí, para desguazarla y venderla como chatarra. Y además, tenía combustible a espuertas. Segundo, la empresa mandaría una expediciones a hacer preguntas; y el no quería molestias para saquear a gusto. Y además, la nave pertenecía la empresa, que obviamente la reclamaría para sí. Bueno, ya no podía sacar más de la nave.
Volvió a la suya sin prisa. Si había alguien en la estación ya sabe que estaba aquí. Si le querían atacar, mejor aquí tras los escudos, los láseres y los misiles y con una vía de escape raido al exterior. El plan era simple. Quedarse de momento para ver si había algo de valor. Si los informes no mentían, las naves de carga estaban llenas. Era un tesoro apetecible, Quizá varios millones representaba poco para un gran empresa, pero para el eran una fortuna. Si de paso encontraba el cadáver del guarda mejor. Sino tanto daba, cuado tuviese suficiente, se marcharía. No había que ser codicioso en la vida, pensó riéndose para sí.
Preparó sus armas. Dispuso su armadura sobre la gigantesca superestructura de su cuerpo. Más de tres metros de alto, casi dos de ancho era un buen tamaño. Sobre su cuerpo dispuso capas y mas capas de metal, luego activo los escudos de defensa personal, comprobó que todos los sistemas informáticos funcionaban y examino las armas. Se decanto por la típica combinación de fusil Falcon-X multifunción, mas granadas rompedoras, granadas de camuflaje, dos armas de mano, un lanzamisiles desmontable, un pequeño subfusil de apoyo, guantes con laser incorporado, y un par de docenas de explosivos de diverso tamaño. Con todo ello en su espalda, introdujo en su muslera su gigantesco revolver Proton Wira (capaz de disparar un proyectil a mas de 50 km/s). Todas las armas estaban en completo funcionamiento.
Se caló su casco a fondo y lo activo. El gigantesco exoesqueleto estaba en plena forma tras su última reparación. Se conecto la base del caso con su columna vertebral para dirigir el ordenador central directamente a través de su pensamiento, o más correctamente, de las corrientes eléctricas que los rigen. Comprobó que todos los datos que proporcionaba al exoesqueleto el endoesqueleto sobre sus órganos internos eran correctos; que la tensión sanguínea era la adecuada, que todo estaba en orden; cuando lo corroboro y ordeno una descarga en su sangre de un poco de testosterona para sentirse mejor.
Bueno, la hora había llegado. Estaba preparado.
Salto de la nave.

lunes, 18 de julio de 2011

La Amenaza de Andromeda

- Desgloso el primero:
- En ciertas unidades robóticas asiladas sometidas a gran estrés debido a tareas inusualmente pesadas y repetitivas durante mucho tiempo se han detectado lo que se conoce como “fantasmas robóticos” cuando el estrés llega a su punto culminante, lo que da lugar a un comportamiento “erróneo”. Esto último viene resaltado. Von pincho allí)
- El comportamiento erróneo se caracteriza por dos cualidades: primero, por fallos aleatorios (se describen a continuación) segundo, por ser “contagioso”. Los fallos empiezan como simples errores se funcionamiento: hay que repetir varias veces las órdenes para que realicen, no se llevan a cabo completamente, etc… Normalmente, cuando ocurre eso el 90% de las veces es causado por simples fallos electrónicos o de hardware, por lo que una simple revisión suele acabar con este tipo de problema. Pero ocasionalmente, estos fallos esconden algo más: cuando tras la pertinente revisión se repite los fallos y estos van a más, entonces entramos en otra fase, la de “locura robótica”. Llagados a esta fase se recomienda simplemente desactivar la unidad y reciclarla y poner fin al problema antes de que vaya a más. (pincho en “locura robot”)
- La locura robot. Se da este nombre a una unidad que comienza a realizar actos de sabotaje deliberado: empieza por la cada vez más renuente afición a desobedecer órdenes claras, y luego continúa con otras manifestaciones. A saber automutilación, destrucción, robo o desaparición de herramientas, perdidas intencionadas de memoria, descargas de virus (Von apunto esto último), y excepcionalmente, se han demostrado hasta tres casos de “suicidio”. Pero esta fase puede derivar a “psicosis robot”. (extremadamente rara)
- “Psicosis robot” extremadamente raro, solo se han documentado (aunque sin demostrar fehacientemente) dos casos: los robots comienzan a conspirar y aniquilan humanos de forma verdaderamente consciente. Hasta este punto, su conducta no suele tener reflejo en las unidades cercanas. A partir de este punto si, y las unidades cercanas, comienzan a desarrollar la enfermedad desde el primer punto. Comienza cuando los robots, comienza sorprendentemente a obedecer órdenes de nuevo, al menos aparentemente, lo que le da tiempo a desarrollar una estrategia. Luego comienza los ataques, primero en forma de guerrilla, poco a poco, hasta que deriva en verdadero odio y asesinatos al descubierto, con afán de desafío. Llegados a ese punto o queda más que la destrucción de la unidad. Es inútil tratar de reprogramarla, aunque a día de hoy se desconocen las causas. Si se ve rodeado o en un callejón sin salida, se suicidara intentando llevarse cuantos humanos pueda en su ira postrera. No razonara y soltara retahíla de frases inconexas, tales como “los humanos no nos entendéis” o “No mataras” o incluso pequeños poemas sueltos… Dado que en sus mayor parte siguen sin demostrarse, no se han desarrollado más que protocolos de actuación puramente teóricos. Se recomienda la destrucción preventiva de las unidades en este estado, y el reprogramamiento de los demás, sometidas a posterior cuarentena. En caso de presentar síntomas, las unidades deben de ser destruidas en su totalidad. Es más, se recomienda siempre que sea posible la destrucción preventiva de todas las unidades al descubrir los síntomas en una, si es posible.
- Los dos casos que se han documentado son la estación minera de…
Dejo de leer entonces. Bueno, quizá tuviese sentido. Quizá los robots se cansaron del infierno de las minas y se rebelaron. Empezarían por matar a los capataces o a quien estuviera al mando. Quizá lanzaran el virus a la estación. Este no entendiera la causa del problema y enviara a los mineros… justo a una muerte segura. Luego utilizaron sus naves para llegar hasta aquí… Y acabaron con la vida de la estación. Luego repararon las instalaciones, y hicieron desparece los cadáveres. Si suena, todo muy factible. También explicaría porque no mataron inmediatamente al Guardia, quizá estaban abajo y tardaron en subir de nuevo…
Abrió para terminar el apartado “Bios”
- Bios interno.
- Bios externo. (Escenario de primer contacto)
Bios interno. Riesgo teórico NO DEMOSTRADO basado en la posible mutación de una forma de vida ya conocida hacia formas nuevas derivadas de la exposición a la radiación del espacio exterior, a la simple mutación ante condiciones nuevas etc…Dos subapartados:
- “Mutación de vida en una nave”
- “Vida en planetas descubiertos”
Ya en los primeros viajes espaciales, en … lo leyó por encima. El primer artículo hablaba sobre la posibilidad teórica de que una formas de vida simple (un virus es el caso paradigmático) mutase en el trayecto hacia formas desconocidas. Se recomendaba la esterilización de la nave antes y después de cada viaje, así como la cuarentena preventiva de la tripulación después de su llegada. (Obvia decir que esto no lo cumplía ni… ). De todas formas, nadie había conseguido demostrar todavía… Se recomendaba avisar a la autoridad mas cercana… pasó al siguiente punto.
Las autoridades más reconocidas están seguros de la teoría del “suceso único”, por lo que solo la Tierra albergaría vida inteligente, dado la cadena de casualidades que confluyeron… Otras ideas románticas, tales, como la Ecuación de Drake ya han sido rechazadas por “acientíficas”… Nuevos planetas son descubiertos diariamente, y no se ah encontrado ni una solo rastro de vida de cualquier tipo, cuanto más… Con la cantidad de señales de radio, naves, etc.. Sería de esperar que si una civilización hipotética no pudiera dejar de observar tales sucesos comenzase una comunicación… La paradoja de Fermi… Los fósiles no han mostrado nada… fraudes tales como el descubrimiento de los quásares… señal WOW.. de hecho, seriamos nosotros, los que dentro de varios miles de años de exploración, los que pudiéramos lugar a los famosos aliens… Dejo de leer porque o merecía la pena.
“Bios exterior”. El fenómeno OVNI…profetas de la New Age.. .ingenuidad… fraudes… El Programa SETI fue u absoluto fracaso… incapaz de lograr el más mínimo… Protocolo de actuación: comunicar descubrimiento a autoridad… nuca emplear la fuerza… Únicamente se admite uso de la fuerza para reducirle en DEFENSA PROPIA en caso de hostilidad aparente no responder salvo en caso de necesidad extrema. Se ruega capturar al EBE y se desaconseja su muerte en NINGUN CASO… Protocolos de comunicación…Obtenga pruebas irrefutables de su existencia. No le deje marchar. No le dé información precisa sobre sistemas armamentísticos o de defensa. SOLO GENERAL. Punto de especial importancia, prioridad uno. Sea amable. No lo engañe si no es preciso…
Von encendió otro puro y escupió:
- ¿Pero quién coño cobra por hacer este tipo de gilipolleces? ¡Joder, y yo me tengo que matar por llenar la nave de combustible!
Siguió un poco más. Según parecía, había un ramillete de casos confusos al respecto. Sucesos atmosféricos desconocidos o inexplicables, filmaciones confusas, ecos extraños de radar, relatos sobre naves descomidas, posibles fósiles, etc todos ellos muy difusos. Según parce en el fondo de los mares no se puede descartar la vid, ni en los planetas helados (dado a la posibilidad de agua líquida). E ningún momento estos supuestos EBES han demostrado hostilidad, s mas, ni siquiera parecen interesados en comunicarse, solo observar. Se recuerda que es una hipótesis solo en caso de que falle las otras. En fin.
Era peligros entrar allí, pero no quedaba otra alternativa para sacar algo en claro de allí. Ni para sacar algo de valor. Empezaría por investigar la nave del Guardián y continuaría poco por el resto d la estación. A la mínima sensación de peligro, escaparía. No era momento de heroicidades.
Su nave aterrizo.

domingo, 17 de julio de 2011

Planeta Prohibido

- Bueno, si voy a morir ahí dentro, la menos quiero saber porque, si es gratis- encendió otro puro- leyó un par de veces el informe. – Vaya, vaya…- se estiro hacia atrás en el asiento. Ahora el puro sobresalía como una chimenea- ¿Donde están los robots? Una factoría tan grande tiene que tenerlos a patadas. ¿Dónde están? –repitió- Veamos….Aunque el virus informático los haya dejado inservibles, al menos podían reparar algunos, cambiarles las placas base; o utilizar los de repuesto. Es mas ¿Qué pasa con los que estaban en el taller, desconectados? ¿También los afecto? ¿Y el resto de la tripulación? ¿Dónde están? ¿No pudieron huir sin las naves? Alguien les hizo desparecer, pero ¿Y los restos de combate? ¿Y los datos de las computadoras? ¿Porque no las repararon? Vaya, vaya, aquí no está claro nada…- el humo formo espesos anillos encima de su cabeza- Bueno, fuera lo que fuese tuvo que sr algo muy rápido. Cuestión de minutos. Que es capaz de cargarse a más de un millar de personas repartidas en varios kilómetros de estación, desde dentro y no dejar señas, todo ello en unos pocos minutos, no lo sé, pero está claro que algo fuera de lo normal… Pero vayamos por partes, de lo simple a lo complejo… ¿Qué fue de los robots? Espera… ¿esto es una colonia minera, no? Seguramente, los sistemas de ventilación se vieron detenidos por la destrucción de archivos causada por el virus y el reinicio de sistema siguiente, o por la pérdida de energía; si, eso debió de ser, y el aumento de la humedad destruyo los circuitos a los bots. Con la confusión de la oleada de virus, nadie se preocuparía de ellos hasta que fuera tarde…cuando ya eran pura chatarra. Si eso tiene lógica. Si, redesviaron todos los que les quedaban útiles a la colonia. Pero no era suficientes y seguirían necesitando robots aquí arriba, para reparar los sistemas y demás. Y viendo la curva de producción, si se paraba lo poco que les quedaba seguramente se daría por finiquitada la explotación por parte de empresa. Así que tomaron una decisión arriesgada e ilgal: trasladar a unos mineros de otra colonia a esta. Trasladar a seres humanos al infierno de allí abajo tuvo que ser para evitar el cierre total. Estando tan lejos y siendo tan pequeña… esperaron pasar desapercibidos. A saber qué clase de ralea desesperada metieron a trabajar en minas de acero habilitadas para robots. A saber como vivían allí abajo. No quiero ni imaginarlo. Es fácil deducir todo esto con los datos de las naves, entradas y salidas. Si bueno too esto sta muy bien,. Pero no es más que un contractual de segundo orden:no explica l misterio principal, ni la falta de energía, ni donde coño esta toda la tripulación. Si los mineros se sublevaron, habría sigos de combate ¿No? No explica porque llegaron las oleadas de ataque informático… Porque fueron dos. La primera hace más o menos un mes. La segunda fue la definitiva, la que destruyo los sistemas. Quiza una compañía rival… pero ¿Aquí? Parece dudoso, aunque quizá estuvieran probando una nueva arma, en una pequeña explotación rival, donde pudieran estudiar sus efectos sin llamar mucho la atención. No puedo descartarlo. Quizá querían desalojar de aquí a los rivales porque habían descubierto aquí nuevos yacimientos… no sería la primera vez. Y destruir sus sistemas es mucho más eficaz y silencioso que pagar a una flota pirata para que los aniquile, y llama menos la atención. No sé, muchas preguntas y pocas respuestas… - tecleo en el ordenador los datos, vio de nuevo los porcentajes y pinchó en “Otros”.
- Causas no aclaradas
- Causas no imaginadas. - pinchó en el-
. Fallo informático general o robots- Fallos de robots: ataque de locura robot.: Fallos de rebeldía simple, neurosis robóticas aguda, ataques psicóticos robots- humanos.
. Bios:

miércoles, 13 de julio de 2011

El Último Gran Héroe.

La nave retumba con el sonido del Death Metal y su coro de infernales voces ametrallando la quietud espacial. Erich Vonkaestein mataba el aburrimiento jugado en la consola integrada de su ordenador una carrera contra la maquina al ritmo devastador de la música. Una señal de alarma interrumpe su juego. Se quita las gafas de realidad virtual con desgana (la mayoría de las señales recibidas eran falsas o ecos de transmisiones entre naves) y reviso el panel de control. Lo leyó mientras encendía maquinalmente su puro, sin mucho interés en ninguna de las dos acciones. Fumar en la nave estaba prohibido, pero aquí el único amo era el. Le prestaba más atención a la música. Pero algo acababa de llamar su atención…
- Llamada de socorro proveniente del sistema Nova Tycoon, (1.153.12.)
- Llamada de socorro proveniente de Nave de combate ligera ubicada en el sistema Nova Tycoon, (1.153.12) –descargar informe adjunto si/no-
Exhalo una profunda bocanada. El detector de humos de la nave se puso a chillar como un loco, pero él se arrellano en el sillón y lo reventó de una patada. Le tenía ya hasta los cojones.
- Vaya, vaya… parece que alguien se estaba montando una fiesta por ahí.
La cosa se ponía interesante. Una estación siempre ofrecía buenas oportunidades. El pago por el rescate estaba asegurado. Y si no había nadie siempre había lago que saquear. Siempre era mejor eso que atrapar a aquellos dos ladrones de mierda en el culo del mundo. Con lo segundo no sacaría prácticamente ni para el combustible. Y una estación atacada era siempre tan emociónate… como una caja de sorpresas. No se lo pensó dos veces…
Introdujo la variación del rumbo de la nave. Los motores rugieron de nuevo. Estaba otra vez en marcha.
- Despiértame en seis horas- le dijo a la nave.
Y se durmió.
¿Pero quién es este hombre tan seguro de sí mismo? Sus amigos- ninguno en realidad- sus enemigos- los que estaba en su punto de mira y los que lo iba a estar- sus clientes y sus socios lo conocían como Von.
Pertenecía al segundo oficio ms viejo de la historia, la peor ralea del más asquerosos vertedero, siempre recibida con asco, con insultos y escupitajos, pero siempre necesaria. Era un maldito buitre, un carroñero, como se les conocía. Un cazarrecompensas.
Con toda la extensión de inexorable espacio, no había posibilidad para las fuerzas del Orden para actuar de forma rápida y segura ni siquiera en la vigésima extensión del orbe. El descubrimiento de la reproducción sintética del Ciclo de Kelvin y la introducción del motor de antimateria habían generado un boom imparable de la exploración espacial. Docenas de planetas, , millares de estrellas se abrían de forma constante. La única forma de sobrevivir a la ley de la jungla interestelar era contratar una buena flota o pagar a los piratas en ruta. El ejército no daba abasto proteger todos las rutas. Y aunque las compañías privadas habían reclutado inmensos ejércitos de seguridad, esto bastante tenía con mantener controlado sus dispersas posiciones y vigilar los convoyes, como para mantener vigiladas las rutas secundarias. Estas eran más cortas y directas pero no estaban vigiladas. El lugar perfecto para el contrabando y la piratería. Y la expansión de los horizontes no hacía más que agravar los problemas día a día. Y el constante reclutamiento hacían que se infiltrasen espías, desertores y traidores (cuando no psicópatas y asesinos a sueldo) con demasiada frecuencia. Solo había una solución. La Ley Marcial. El Terror. El cazarrecompensas.
Gente de la más baja calaña social., que asesinaba a placer, vivian de la guerra y del conflicto ajeno como moscas de la carroña. Nada raro que aumentasen sus rentas con la piratería, el contrabando o aprovechasen su potencia de fuego para saquear pequeñas estaciones (o de grandes cuando se confederaban) o colonias, o ejerciendo de oportunistas en batallas y emergencias. La venta de chatarra (de nave claro), la trata de prostitutas hacia la colonias o el esclavismo (rigurosamente prohibido) para abastecer las colonias mineras más lejanas.
Los que vivían mucho (muy raros) tenían reputación, grandes riquezas y un buen equipo. El resto… vivían, o mejor morían, como podía. Demasiados al final forzaban la suerte y morían mucho más de lo que podrían tragar, o la ambición superaba su fuerza.
Von partencia a esta despreciable jauría, y era en verdad, uno de sus mejores representantes. Soldado de fortuna, mercenario, contrabandistas, proxeneta, bandido, forajido, pirata, asesino a sueldos, ladrón, traficante de armas, perro de presa y por supuesto, cazarrecompensas, lo que lo resumía todo. Habia “procesado” a 117 perseguidos por la justicia, y participado en más de 200 batallas con su Nave “Moebius”.
El mejo equipo del mercado era suyo. Su nave tenía el mejor sistema armado posible, y un motor que en proporción, era equiparable a un crucero de batalla interestelar. Su nave era un gigantesco insecto de cuerpo grotescamente desproporcionado incrustado en la cabina. Los motores de última generación eran gigantescos pero útiles para salir pitando. Si a eso le sumamos sus escudos pesados, su blindaje de planchas de más de tres metros de espesor y sus sistemas de camuflaje lo hacían u rival difícil.

Su reputación le precedía como una docena de cuervos sobrevolando en círculo. El temor que inspiraba, el odio extremo que generaba, era parte de su trabajo. No tenia piedad, ni la esperaba. Era una maquina fría y calculadora. Los servicios del Orden le necesitaban y les investigaban esperando meterlo entre rejas y ejecutarlo a la mínima oportunidad. De momento no había podido, era muy listo. Demás, era un socio demasiado formidable para perderlo. Los mayores bandidos de la zona los habían abatido sus armas.
Demasiado cerca de la muerte en demasiado ocasiones, había hecho afilar su ingenio. No se engañaba. Sabía hasta donde podía llegar y lo dejaba si le sobrepasaba algo sin remordimientos. Su máscara era el humor negro, el insulto fácil y la aparenté irascibilidad e impaciencia. La recompensa no te sirve si estás muerto era su mejor frase, cuando vayas a disparar no te pongas a hablar; gana el más rápido, busca el punto débil y acaba; si lo ves mal, huye; olvida rápido y vive más rápido aún era su credo.
Nada de su colosal aspecto (tres metros y medio de talla, casi dos de envergadura) se mejoraba con sus increíbles cicatrices, con la proporción exacta de cortes y quemaduras, con la mayor parte de los dientes al descubierto por la ausencia de labios. Para no perder el tiempo afeitándose, hallo en un manual de historia militar (su única afición) la respuesta que esperaba. Descubrió que los hunos se sajaban las mejillas para no tener que hacerlo y le pareció buena idea.
Otra de sus heridas (el trozo de cráneo que se podía ver horriblemente roto y a la vista de la esquina superior izquierda de su cabeza, el trozo de la cadera que le faltaba, etc) era fruto de su encuentro con el forajido de leyenda más famoso, Lupus el Crucificado. No quiso arreglárselo con la cirugía para recordar a todos a quien había matado, y que podría hacerlo de nuevo. Y para que cada vez que se mirase al espejó, se acordadas de lo efímera que era la vida, de lo cerca que había estado de la muerte, del rostro del infierno. Dormía con las armas en la mano, alimentado a base los cadáveres de aquellos más débiles o miserables que el mismo.
Pero ya la nave entraba en la dársena…

sábado, 9 de julio de 2011

It Came from Outer Space

La ruta principal estará probablemente bloqueada y hay lugares (demasiados) idóneos para una emboscada, tomare una ruta alternativa, en forma de c invertida. Me pongo en marcha, con una mano en el volante y la otra sosteniendo un arma encima del capo. Pero acabo de descubrir un error, un error grave, en mi caso, un error quizá mortal. Al retransmitir esta señal hacia la nave, soy fácilmente detectable y rastreable por triangulación. Corto la transmisión. No. La enciendo de nuevo. Una vez cometido el error no hay ya vuelta atrás. Es cara o cruz. Cuando llegue con mi nave no pase precisamente desapercibido. Cualquiera que tuviera los instrumentos adecuados sabe de mi presencia. Y si mis sospechas se confirman, eso es más que probable. Mi primer objetivo será descubrir quien apago los generadores. Lo normal en el caso de que ocurra una desgracia es que siguieran en activo, porque no queda nadie para apagar los principales, y estos solo se pueden apagar manualmente. Sería demasiado peligroso que se pudiera hacer automáticamente. Mi escáner no lo revela, pero es cuestión de tiempo que mi ordenador combine mapas informáticos con la disposición de la estación y lo calcule en segundos. Ya esta, con un 87% de posibilidades. Justo en el centro de la estación, según parece. Empiezo el traslado hacia ellas, dado que obviamente no funcionan ascensores no montacargas. Gracias a Dios, descubro un pequeño vehículo montacargas que me permite trasladarme mucho más rápido. Tras un largo trayecto llego al bloque central. Es cierto que no he visto a nadie, ni nada conectado, pero tampoco he podido registrar (y en eso si me he fijado) ningún rastro de violencia, ni ninguna situación anómala. Pero no he visto signos de evacuación. Todas las naves, tanto principales, como secundarias, están en el hangar. Y las naves, a su vez, están vacías. Pero repletas de carga. Lo he comprobado. Y los registros informáticos no revelan ninguna salida anómala. Tuvo que ser algo repentino, completamente inesperado, y que llegase en unos segundos, y terminase tan rápido como llego.
Acelero a fondo, cruzando los pasillos a gran velocidad, uno tras otro, Mi arma respira ansiosa, buscando objetivos. Cada nueva esquina mer acerca al puerto, a la salvación. 2000, 1500. 1200, 100, 800 metros… las distancias se reducen. Estoy cada vez más cerca. Cerquísima. Pero no me gusta este silencio total. Doy un rodeo más largo, por una zona más segura. Pero algo estalla en mi pantalla. De pronto, un sonido “bip”- Un eco, y se apaga tan pronto como surgió.
Acelero más. Pero mi propia estupidez me ha jugado otra mala pasada. Al acelerar mas a la desesperada, con mi mente embargada por el horror de una imaginación desbocada; un pedazo de chatarra que no veo, un golpe brutal a la velocidad que llevo; y salgo despedido mientras el coche se golpea contra las paredes. Mi cabeza rebota contra el suelo, y mientras giro en redondo, de nuevo ese aterrador sonido, otro “bip”. Me levanto y alzo el arma hacia el imaginario de mi horizonte. El “bip” se acerca. Se acerca desde justo enfrente a mí. Mi mano tras círculos imaginarios, mientras tiembla y mis ojos tratan de escudriñar la oscuridad impenetrable del pasillo. Y el “bip”, desafiante, se acerca aun más…
Mis instrumentos enloquecen, o quizá sea mi imaginación, cuando de pronto detectan lo que llevo buscando Dios sabe cuánto. Una señal eléctrica, eléctrica, eléctrica ¡Por Dios! Sea lo que demonios sea lo que tengo allí delante, funciona con electricidad. Robots, tiene que ser robots. No hay más. Oh. Dios Mío, no me abandones. Aun enfrentado al horror sin alma, protégeme de la obra del Hombre. Dios creo al hombre a su imagen y semejanza, pero ¿A semejanza de quien fue engendrado esta despiadada maquina asesina, que se acerca, que proyecta su sombra asesina sobre mí?
Mis instrumentos hablan de aquello (sea lo que sea que significa esta palabra) se mueve en planos diversos, se retuerce sobre sí mismo, acelera, frena y gura con pavorosa facilidad. No sé que esconde, pero lo averiguare con mi arma.
Los disparos iluminan el pasillo, pero no veo nada, y mis instrumentos revelan que aquello continua avanzando, hasta estar ya casi encima mío. Más fuego brota del arma, en un fútil intento. Giro sobre mis talones y huyo por mi vida. Y cuando miro por encima del hombro una última vez, veo algo al fondo, algo… amarillo, un pinto luminoso. Con un grito de rabia homicida me sobrepongo a mi horror y disparo de nuevo. Esta vez no fallare. No lo he hecho. Sea lo que sea, la luz titila, estalla y desparece. Un suspiro escapa de mis pulmones.
Enderezo el vehículo, que por fortuna no tiene graves daños. Me monto, lo arranco y compruebo entusiasmado que la reparación automática está intacta. Acelero a fondo ametrallando el motor. Salgo disparado como un obús hacia la salida, que está a apenas doscientos metros. Pero de pronto, el motor se para. De repente, todo deja de funcionar, como por arte de magia. No consigo arrancarlo ni con los de reserva. Pero mi armadura, de momento, sigue funcionando. Y de nuevo, un “bip” en mi pantalla, esta vez a mi espalda. Quizá no lo hay reventado como pensaba, o quizás sea otro o quizás… demasiados quizás y muy poco tiempo. Me giro por encima del asiento y disparo una y otra vez en su dirección. Pero…
Otro “bip” este delante mío, muy cerca. Giro de nuevo y... Dos más, una por cada flanco. Mi mirada gira como un péndulo de un lado a otro. El d mi espalda, me giro… Tres “bips” mas por delante. Estoy completamente rodeado, sin salida. Caigo de rodillas. Dirijo mi mirada a la pantalla y rezo. Y en la apoteosis final, toda la pantalla enloquece, se vuelve amarilla por completo y los oídos crujen al oír “bip” repetido un centenar, un millar, un trillón de veces. Toda la bóveda se ilumina de pronto ante mí y me revela… mi completa indefensión. Nunca imagine que mi fin fuera a la vez, tan hermoso y despiadado. Polvo eras y polvo serás. Cuánta razón. En el nombre de Dios, el Misericordioso.