lunes, 28 de febrero de 2011

Atmósfera Cero

Con mi escáner, compruebo extrañado que no hay ni la más mínima presencia de energía en el porche principal. Repito, ni la más mínima. Ni siquiera de las redes terciarias ni de reserva. Nada. Quizá se deba a un pulso electromagnético creado por la explosión de una supernova. Pero la calibración de datos del ordenador principal le da muy pocas posibilidades. Pero dado la naturaleza del caso creo conveniente no descartarlo en absoluto.
Enciendo los focos, las cámaras y la caja negra mientras mi nave atraviesa el porche. En caso de que muera. Mi grabación será enviada automáticamente a la sede central de la Agencia de Seguridad, como determina el protocolo de actuación Alfa- 3-14.
Mi reconocimiento visual no consigue observar nada extraño. Pero no dejo de revisar mis instrumentos para buscar rastros de energías o elementos extraños. Al menos, las búsquedas principales no revelan nada. Quizá análisis más profundos lo hagan, pero de momento no hay ni rastro, y es muy extraño. No me había pasado nunca. Me acerco una pared y le enfoco un laser de baja intensidad a ver qué resultados ofrece. Mi pinza rasca una parte del metal del casco. Negativo también. Golpeo con un martillo de medición y recojo el sonar. Trazas eléctricas. Nada extraño, pero tampoco nada de energía. Habría que pensar que una radiación lo suficientemente fuerte para dañar todo el flujo eléctrico habría dejado algún tipo de señal en el casco, pero no aparece nada. NADA.
Sé que los estándares lo desaconsejan hasta tener más datos, pero irradio con baja potencia (bajo mi absoluta responsabilidad, asumiendo los riesgo pertinentes) zonas interesantes. Nada. Es inútil, totalmente inútil. Decido aterrizar y llevar a cabo las inspecciones personalmente.
Pero obviamente los comandos de ayuda no funcionan. Lógico. No me había pasado nunca, dado que tiene baterías de emergencia precisamente para situaciones de extrema emergencia. No le hallo solución al enigma.
Entonces se me ocurre una idea un tanto poco ortodoxa. Quizás si enfocó una parte de la energía de la propia nave al garfio electromagnético de la dársena… Da resultado inmediato ante mi perplejidad. Aterrizo convenientemente. Bueno, la situación se complica: sea lo que sea que ha arrebatado la energía a todos los sistemas (remarco lo de todos) ha dejado en perfecto estado los mecanismos internos. No tiene ni pies ni cabeza. Me preparo para salir de la nave.

No hay comentarios:

Publicar un comentario